Descubrí el porteo viendo y viviendo la experiencia de una querida amiga. Escuchando en varios talleres lo
beneficioso que era y cuando nació mi hija
uno de los regalos que tenía clarísimo era un “Portabebés”.
La experiencia de haber porteado a mi hija, y seguir
haciéndolo (tiene dos años y medio), para mí ha sido algo que me ha mantenido muy
conectada con ella. Esta conexión la sentí muchísimo más fuerte cuando era un
bebé, pues tenerla cerca, verla, escucharla me permitía ir conociéndola mejor y
por lo tanto ir adaptándonos la una a la otra. Cuando la llevaba en el carro en
muchas ocasiones sentía que no sabía lo que le pasaba, pero cuando la llevaba
en el pañuelo estaban nuestros biorritmos conectados, nuestra respiración,
nuestra pulsión de vida y sabia identificar mejor sus necesidades.
Mi puerperio fue muy intenso y mi vibración energética era
muy alta. El portabebés y el contacto tan cercano que proporciona su uso, me
permitió darme cuenta de cuanto afectaba a mi hija mi estado emocional . Y como
grandes maestros que son, ya desde el principio me vi reflejada en su estar
para saber cómo era el mío y por lo tanto la necesidad de escucharme,
desahogarme y respirar.
A nivel práctico, con el portabebés recupere mis dos
manos. Cuando ella dormía o simplemente quería contacto me la ponía en el
foulard y cocinábamos juntas, leíamos juntas, bailábamos juntas y salíamos a
descubrir el mundo juntas.
En ocasiones concebía
que el entorno era muy estresante y lleno de estímulos que mi hija no
necesitaba. Con el porteo sentía que cuando mi hija quería descubrir pues
asomaba la cabeza y cuando necesitaba descansar y desconectar se metía en el
refugio de mi pecho y dormía. Cada vez que veo a un niño muy bebé mirando hacia
fuera con los ojos abiertos como platos y con esas piernecitas tan estiradas se
me rompe el corazón. Y al acercarte y
comentar que ese portabebés no es adecuado, la respuesta es “ pues es de
marca”. Y claro con la sociedad de consumo hemos topado ¡Es tan importante
informarse de todo hoy en día! Y esto hay que hacerlo lo mejor posible, con todos los puntos de vista que existan,
pues pueden venderte fácilmente cualquier articulo como el mejor solo cosiendo
el nombre de una marca conocida. Y
respecto al porteo tenemos en España la “Red Canguro”, una asociación que te
informa de todo lo referente a los
portabebés.
Los bebes necesitan que tanto su conocimiento del entorno como
su desarrollo corporal desde la postura de ranita a una estirada sea de forma
progresiva. Y esto es así tanto por su bienestar emocional como por el
fisiológico. Ellos han estado en un abrazo continuo durante nueve meses y
necesitan que este estado se repita lo máximo posible fuera del útero. No es
casualidad que cuando dejas al bebe en la cuna lo más habitual sea que se
despierte y se queje. Ellos anhelan el bienestar de su casita maternal que era
el útero y que en definitiva es: ese
calor corporal que es olorcito de mama y papá, tu voz que es su melodía, el sonido
de tu corazón que es su banda sonora y ese oro puro que es la leche materna. Cuanto
más progresivo sea esa apertura al mundo
más seguridad les transmitiremos, y cuanta más seguridad les damos más
autónomos y felices son.
Portear facilita ese desarrollo progresivo, ese descubrimiento del mundo poco a poco y
continuar en ese abrazo maternal el tiempo que ellos necesitan.
Una de las experiencias más placenteras que he vivido con
el portabebés ha sido dar de mamar con el en cualquier momento o lugar. La
comodidad de poder seguir haciendo cosas cuando era necesario y sacarme el
pecho tranquilamente sin importarme la hora o quien estuviera a mi alrededor. Y
en este sentido, no podemos escapar de las criticas del entorno, que si ahí se
va a asfixiar, que lo malcrías por llevarlo al brazo, que te esta manipulando,
que te vas a fastidiar la espalda, etc. Y en estos momentos lo que a mi me ha
dado fuerzas era ver a mi hija, sentir que está feliz y que tiene mis brazos cuando lo necesita. Benditos
portabebés que me han ayudado a equilibrar el peso de mi hija de la forma más
segura.
Por
otro lado me ha resultado siempre mucho más cómodo llevar portabebés ya que llego
a los sitios antes, no tenemos que coger tantos ascensores y cuando mi hija
quiere correr yo puedo correr plácidamente con ella sin tener que llevar el
carro a rastras.
La época
de ahora cógeme, ahora quiero correr, ahora cógeme, ahora quiero bajar ….
mi espalda estará eternamente agradecida
a la bandolera, que me permitió distribuir el peso de sus subidas y bajadas al
brazo.
Y Dormir. Que precioso es ver dormir a tu hijo, tan cerca,
escuchando su respiración y viendo sus innumerables muecas. Y el paseíto que
lindo es. Ese movimiento que le recuerda a su meneo en la pancha de mama. Conocemos un montón de experiencias de papis
que para que sus hijos durmiesen tenían que bajarse al coche y dar unas vueltas
para que conciliaran el sueños, pues con el portabebés conozco muchas experiencias
de papas que se han subido a los hijos en la mochila y han dado varias vueltas
al pasillos de casa. Casi mejor que bajarse a la calle ¿no?
Desde que soy mamá tengo la convicción de que se puede
parir y criar como siempre se ha hecho, de forma natural. Y el porteo se ha
utilizado siempre en nuestras sociedades, con el fin de que nuestros hijos
puedan acompañar nuestro ritmo de vida ya que casi es inconcebible que nosotros
sigamos el suyo totalmente, debido en parte a el escaso tiempo de permiso de maternidad.
El porteo permite estar más en contacto con su autorregulación y con su
necesidad real, que principalmente es la de estar contigo.
Y haciendo alusión a nuestra naturaleza, como especie es
importante recordar que somos la única que tenemos crías dependientes y no las
tenemos todo lo cerca que necesitarían. En cambió les exigimos que duerman del
tirón, que no lloren, que no hagan mucho ruido, que no cojan las cosas, que
cumplan los parámetros de los percentiles, y un sin fin de exigencias adultas que nada
tienen que ver con su naturaleza mamífera que seria la de respirar, mamar y
dormir cerca de mamá. Excepto los marsupiales, el resto de mamíferos tienen a
sus crías y nada más nacer aprenden a
caminar ¿Y que es lo que hace el marsupial? , llevarlo en un abrazo
continuo casi durante un año.
Creo que esta reflexión es importante para simplemente tenerlo
en cuenta y tomar conciencia de la realidad. Me conecta con la naturaleza de mi
sentir y me permite tenerlo presente. No
creo que debamos llevar a nuestros hijos un año pegados, al menos no es mi
realidad ni se adapta a mi contexto, lo que si que siento que necesito es
escucharme y hacer las cosas como me dice el corazón y experimentando el piel
con piel que te permite el portear a tu hijo mi corazón me dice que debe
fomentarse lo máximo posible siempre y cuando se quiera y se desee.
Y uno de los momentos
que me sigue emocionando es ver como mi
hija y su papá tienen un precioso habito con su “paseíto en la mochila nocturna”. De noche, los despertares en los que mi hija no
consigue conciliar fácilmente el sueño de nuevo, entre quejidos que transmiten
un “ papa ayúdame”, mi hija le dice: “un
paseíto en la mochila papá” y a continuación “con la mantita de flores y con el
Sare Sa Sa (Mantra: La totalidad infinita esta aquí, en todas partes. La creatividad del
universo está aquí, en todas partes.)”. Es un momento único y especial para ellos dos,
compartiendo la intensidad del papá que
tiene que desvelarse de un sueño profundo y la de mi hija que quiere volver a
conciliar el sueño con el calor y la vibración de su papá. Duro a la vez que mágico.